«No sólo yerma», un poco de contexto
«No sólo yerma» nació con la intención de profundizar en el personaje de Yerma creado por el maestro Federico García Lorca.
Yerma no es sólo yerma, es una mujer con vida, sentimientos, anhelos e ilusiones y eso es justamente lo que nos interesaba descubrir, quién es Yerma más allá de la maternidad.
Naiara Herrero (directora del proyecto) dice: «Siempre se habla de la esterilidad de Yerma, de su obsesión por tener hijos, pero ella es algo más que esa incapacidad. Quisimos pensar en quién hay detrás de ese deseo por la maternidad. En qué momento surge ese deseo, cuáles son los inputs, los condicionantes que hacen que se obsesione de esa manera. También lo trajimos a nuestras experiencias personales. La mayoría del equipo estamos en ese momento de ‘y tú para cuándo’, así que hicimos esta versión quitando algunas partes, otras no… Las partes de texto que se han mantenido provienen del texto original con alguna pequeñísima excepción. También queríamos incluir partes de teatro físico, de movimiento y danza, para hacer hincapié en las pesadillas y los miedos de Yerma al pensar en tener un hijo.»
¿Por qué un espectáculo vía Zoom?
Cuando declararon el estado de alarma debido al COVID19, la directora Naiara y Raquel Mora (ayudante de dirección) decidieron hacer «No sólo yerma (confinada)» online.
Naiara dice: «Reflexionamos sobre la esencia del teatro. Cuáles son los rasgos característicos que lo diferencian de una película o serie. Con el confinamiento nos hemos acostumbrado más que nunca a acceder a todo a través de una pantalla. Nos hemos mal acostumbrado a poder rebobinar. Eso hace que no sea necesario prestar atención porque siempre se puede volver atrás. En el teatro en directo no existe esa opción, no se puede tirar atrás. Si no prestas atención te lo pierdes. Por eso queríamos hacerlo en directo. Es lo que realmente hace que te evadas, lo que te hace estar presente aquí y ahora.»
«Otra de las cosas que nos encanta del teatro es el contacto humano, el contacto de tú a tú. Entras, te cortan la entrada, te saludan, accedes a un lugar, eres parte de algo, no eres una masa informe. Eso también lo queríamos conservar y nos hizo decantarnos por zoom. Queríamos hacerlo en directo, real, con la persona que acomoda y tratando al público como seres individuales.»
«Ha sido un reto. La obra original tenía mucho teatro físico. Nos centramos en cómo una experiencia tan visual, tan plástica, tan mágica y enérgica, que se crea en directo, podía traspasar la pantalla y llegar al espectador individual en su casa, cuando sabemos que el teatro a través de una pantalla no funciona. Puede ser bonito pero la energía no traspasa. Lo que hicimos fue analizar cada escena y pensar qué lenguaje había que utilizar para llegar a los espectadores. Decidimos que la forma de llevar estas atmósferas al público era a través de los sonidos. Raquel creó los espacios sonoros en tres dimensiones que trasportan al espectador al lugar y juegan con sus acciones y emociones dirigiéndolos hacía dónde mirar, qué sentir y a jugar con las alteraciones del ánimo. Esas escenas que eran físicas y que marcaban los miedos y las pesadillas las hemos transportado a éste medio auditivo para mantener su esencia. También queríamos que el espectador se sintiera involucrado, que sintiera que formaba parte de algo, que la obra tuviera partes interactivas, sin ser invasivas, pero que hubiera algo de interacción para que cada uno se vea así mismo en directo y sienta que forma parte de un grupo más grande siendo un individuo importante y distinguido entre los demás.»
«Además de eso, hay una voz que va acompañando la obra y las escenas guiando al espectador para centrar su atención en lo que necesitamos en cada momento.»
¿Qué tal la acogida?
De momento genial. Llevamos cuatro funciones con aforo completo, de hecho habíamos pensado en hacerla los miércoles y hemos tenido que ampliar un par de viernes. Somos optimistas aunque todavía es pronto para decirlo. Iremos viendo con los días.
¿Cómo puede estar el aforo lleno si es online?
Buena pregunta. Hemos decidido poner un límite a diecisiete personas por pase (a parte de los cinco actores y las dos directoras), ya que a veces cuando hay demasiada gente la aplicación se ralentiza y preferimos optar por la calidad en lugar de la cantidad.
¿Lo hacéis gratis?
No. Hubo un debate interno en cuanto a si hacerlo poniendo un precio de entrada o a taquilla inversa, finalmente decidimos cobrar entrada. Nuestro trabajo está muy poco valorado y si no empezamos a dignificarlo acabaremos muy mal. Hay mucho trabajo y mucho tiempo invertido, hay que darle valor a eso.
A nivel técnico, ¿qué es lo más difícil y lo que más te gusta?
Raquel dice: «Lo más difícil es no poder compartir la energía, que haya problemas y no poder compartirlo con nadie porque estás en casa sola. Existe ese estrés pre-función que normalmente se libera con un grito, con un abrazo de los compañeros, con algún ejercicio de equipo y aquí no lo tienes. Estás tú sola y si la cagas tienes que solucionarlo tú y nadie más. Es una gran responsabilidad.»
«Otra de las cosas complicadas es el final, el público no sabe si aplaudir, si no aplaudir, entonces es como que la energía se queda concentrada y se me hace raro.»
«Lo que más me gusta es poder ver la cara de los espectadores, ver quién conecta, quién no, quién se emociona, quién participa… es todo mucho más directo. Les ves, ves sus casas, es como estar con ellos. Es esa parte voyeur tan interesante.»
¿Cómo lleváis los actores representar «No sólo yerma» online?
Pablo Monteserín (Juan) dice: «Lo que menos me gusta, desde el punto del vista del actor, es que es menos intensa que cuando estás en un escenario tocando y hablando a otra persona que respira tu mismo aire.»
«Lo que más, es que aunque técnicamente representar «No sólo yerma (confinada)» es un reto en muchos aspectos, para mí, como actor, es mucho más sencillo. Mis pies pasan la mayor parte del tiempo anclados al suelo y he de estar pendiente de muchos menos acontecimientos que los que suceden en una obra de teatro convencional (ponte en este punto de luz, suelta esta cuerda, deja este objeto en este sitio, etc.).»
«Me encanta que cualquier persona en cualquier parte del mundo pueda disfrutar de esta adaptación de Yerma. Además, el hecho de no tener que desplazarte hace que la obra sea más accesible para todo el mundo.»
Jessica Hernández (Yerma) dice: «Yo me lo estoy pasando genial. No pensaba que lo disfrutaría tanto. No existen los nervios que te produce el teatro, no hay tanta presión. Es cómo hacer cine pero más emocionante porque tienes a gente viéndote en directo. Además es algo diferente y me apasiona hacer cosas nuevas. Estoy encantada y creo que el hecho de poder verla en casa la hace accesible para gente que a lo mejor no tiene tiempo para ir al teatro, incluso para gente con movilidad reducida o simplemente para personas que les gusta este formato. Está claro que para la cuarentena es una opción idónea. Hay gustos para todo, lo importante es no comparar y aceptar cada cosa por lo que es. Lo peor, sin duda, los aplausos. Siempre me ha emocionado cuando un grupo de personas se ponen de acuerdo para hacer algo bonito, como manifestarse, cantar, incluso rezar… Los aplausos se parecen a eso y siempre me emocionan, es lo que me repone la energía después de una función, sobre todo después de una tan intensa como esta. Aquí faltan, y los hecho de menos. Estoy por aplaudirme sola al acabar.»
Pepa Trinidad (María y pueblo) dice: «A mí lo que me gusta es tener al público más cerca, quiero decir que aunque estemos actuando nosotras, el público tiene el mismo protagonismo. Lo malo, como ya ha dejado caer algún compañero, es no poder ver, sentir y tocar al resto y crear esa energía tan potente que se crea en el teatro.»
Garby Moya (la vieja) dice: «El teatro online se hace raro por que estás en casa rodeada de tus cosas. Entrar en el personaje es menos fácil, ya que puede haber algún ruido de vecinos, el perro que ladra, la conexión que falla, y por supuesto falta esa magia que sucede cuando se abre el telón. Lo cómodo es que acabas y estás en casa. 🙂 Aunque no cambio la comodidad por esas cervecitas de después en el barecito con los compañeros y algún espontáneo del público para intercambiar impresiones. Aún así, he de decir que lo estoy disfrutando mucho. Es un reto hacer sentir a la gente desde la pantalla de tu casa y cuando lo consigues, es enriquecedor. Tenemos que adaptarnos a la vida momento a momento y no dejar nunca de aprender. Creo que en el arte se ha de investigar en todo y arriesgar, si no, el arte se estanca.»
¡EXTRA! Nos publican un artículo en el diario «El Correo» de Álava
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Conclusión
Garby dice: «Me gustan los retos, y hacer vibrar a la gente con teatro online y en directo es un gran reto»
Jessica: «Da igual qué medios utilicemos, lo importante es hacer llegar el mensaje»
Naiara: «Si algo hemos aprendido de nuestra versión de Yerma, y más aún de este momento en el que vivimos es que hay que aprender a adaptarse. Hay que buscar el engranaje que haga que la máquina vuelva a rodar y a generar cosas bonitas y experiencias bellas que poder compartir sea cual sea el medio, con el que quiera acercarse a pasar un rato con nosotros»
No se valora lo suficiente cuanto hace y se necesita la cultura en esta sociedad, lastima que este tan poco ayudada en este país, y que nos priven de los grandes artistas y profesionales que hacéis algo tan difícil y a la vez tan bonito
Muchas gracias Alberto por tu comentario. Por desgracia somos un colectivo muy desconocido y muy poco valorado. Todavía está muy extendida la idea del actor famoso, que tiene dinero, cuando la realidad es que la mayoría trabajamos mucho y en situación muy precaria.
Gracias por apoyar la cultura 🙂